miércoles, 7 de marzo de 2012

Guerra digital.

El cierre de Megaupload ha sido liderado por El Departamento de Estado de EEUU, junto al FBI y otras autoridades internacionales, resultando varios de sus responsables detenidos y acusados en el estado de Virginia (EEUU) de conspiración para cometer un crimen y violación de la propiedad intelectual.
La operación se ha dirigido contra dos compañías, Megaupload Limited y Vestor Limited, y en estos momentos las páginas web Megaupload (de intercambio de archivos) y Megavideo (de visualización de vídeos online), ambas propiedad de las mismas compañías, no se encuentran accesibles.
El Departamento de Justicia acusa a siete de los responsables de estas compañías de crimen organizado y asegura que son "responsables" de "piratería masiva en todo el mundo". Además, se asegura que estas páginas han generado más de 175 millones de dólares en actividades delictivas y que han causado más de 500 millones de dólares en daños a los propietarios de las obras protegidas. Cada uno de los siete acusados se enfrentan a penas de hasta 50 años de prisión entre todos los cargos.
Así, la demanda de la administración estadounidense identifica al fundador de las compañías, el alemán Kim 'Dotcom', de liderar esta red criminal. Dotcom sería el director y único accionista de Vestor Limited, que sería la compañía utilizada para encubrir sus actividades en todas las páginas web afiliadas a la red 'Mega'.

'Dotcom' es un hacker millonario alemán de 38 años residente desde 2010 en Nueva Zelanda aficionado a los coches deportivos y las mujeres. Esta considerado como uno de las 10 personas más ricas del país, está casado y tiene tres hijos.
Se calcula que, durante los últimos cinco años, Megaupload sumaba alrededor del 4% del tráfico de Internet. Asimismo, se alega que el sitio estaba construido para desalentar a los usuarios de su uso para fines personales debido a que se eliminaban los archivos que no eran descargados de forma regular. También se incentivaba a aquellos usuarios capaces de generar más descargas y tráfico en el sitio, y se les pagaba en función de sus resultados aun cuando los propietarios eran conscientes de que para conseguirlo publicaban obras protegidas y las promocionaban en otras páginas web.
Pero esto no es lo único que se utiliza para acusar a los propietarios de Megaupload de conspiración. Se destaca que la página no contaba con un buscador ni con otras formas de localizar contenido para que no fuesen fácilmente accesibles los archivos protegidos. Además, no se cerraban cuentas de usuarios que cometían infracciones, como era obligación de la página, y que en muchos casos se retrasaba la retirada de contenidos protegidos y se tergiversaban los términos en que estaban protegidos por derechos de autor.

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